5ª Profecía Maya: Cambios de sistema económico y tecnológico.
La antigua civilización destacó el fracaso de la acumulación de riquezas financieras y el colapso de las redes de comunicación. Evolución de tiempo y espacio.
La quinta profecía maya sostiene que todos los sistemas basados en el miedo sobre los que está cimentada la civilización, se transformarán simultáneamente con el planeta y el hombre para dar paso a una nueva era de armonía.
El hombre está convencido de que el universo existe sólo para él, que la humanidad es la única expresión de vida inteligente y esa es la razón por la que actúa como un depredador con todo lo que existe.
Se predijo que los sistemas fallarán para enfrentar al hombre consigo mismo, con el objeto de que recapacite y vea la necesidad de reorganizar a la sociedad para poder continuar en el camino de la evolución que lo llevará a comprender la "Creación".
En cuanto a los desacoples en los sistemas, los mismos ya se están sucediendo, sólo vasta analizar el sistema económico actual para darse cuenta de un derrumbe de las teorías y paradigmas imperantes hasta el momento. De este modo, la economía cuantifica, reglamenta y establece su precio a las relaciones en el planeta. La economía del hombre contemporáneo está orientada por principios de agresiones y defensa, por lo que es incompatible con un universo en armonía. Se caracteriza por ser un modelo libre y sin planificación central, que posibilita la competencia de bienes y servicios en el mercado y la distribución de artículos de consumo basados en la tecnología.
Alternativa a la riqueza virtual
Se produjo una acumulación enorme de recursos financieros y aumentaron los mercados. Se invirtieron grandes cantidades de recursos en miles de proyectos y acciones que no produjeron una expansión industrial, sino que sólo buscaban la especulación financiera.
Todo esto produjo que las economías mundiales entraran en crisis, desatando una ola especulativa. Se está ante la presencia de un intercambio de riqueza virtual (bonos, acciones, divisas). La riqueza se ha vuelto invisible, no se invierte en bienestar.
El panorama descrito hace que el hombre se endeude más allá de lo que gana, por lo que su economía personal se encuentra en la cuerda floja, lo que se refleja en todos los niveles sociales. La quinta profecía dice que el dinero se dejaría de usar como medio de intercambio.
Otro de los ejemplos que se pueden apreciar ante este desfasaje sistemático, es el caos informático que amenazó con desplomar el núcleo económico y financiero mundial, cuando se avecinaba el año 2000, con el problema que se denominó Y2K (utilización de años en dos dígitos en lugar de los cuatro reales.
Ante esto, la PC sólo procesaba dos cifras, por lo que la transición del 99 al 2000 pudo ocasionar que las PC se retraigan al año 1900, por lo cual, las operaciones almacenadas en los archivos iban a dar resultados equivocados).
Además, existen los virus informáticos que se propagan afectando el sistema operativo de las maquinas, sumado al peligro de los hackers.
Ante esto, es posible recalcar que la economía y las comunicaciones son sistemas muy frágiles e interconectados con los demás. Al fallar los sistemas, la comida comenzaría a escasear, las comunicaciones se volverían imposibles, el tráfico se enloquecería en todas las ciudades, la economía se paralizaría. Comenzarían los desórdenes civiles que desbordarían los controles de los Gobiernos. Así, los sistemas sociales sufrirían una modificación, profetizaron los mayas.
Por este motivo, los sistemas religiosos, basados en un dios que infunde miedo (por los desajustes que se producirían) también entrarían en crisis. Surgiría un solo camino espiritual común para toda la humanidad que terminaría con todos los límites establecidos en las formas de ver a una deidad.
Tiempos del respeto mutuo
Todo lo que no produzca la armonía y paz que augura el "nuevo día galáctico", predicho por los mayas, debe desaparecer o transformarse. La nueva "época de la luz" no puede basarse en una economía militar de imposición de verdades por la fuerza. No es aceptable un sistema que no sea equitativo en lo relacionado a la distribución de las riquezas, representado en el dinero, la riqueza virtual y la especulación financiera.
El amanecer de la galaxia debe basarse, según la antigua civilización maya, en el respeto de los unos con los otros y en el reconocimiento de todo lo que existe como parte de cada uno, por ello, no se necesitarán aparatos represivos y la violencia dejará de existir.
Si el hombre quiere vivir en una nueva era de armonía debería intuir la realidad más allá de los sentidos y no limitarse por los conceptos del tiempo y del espacio.
Los mayas consideraban al "ego" como la personalidad que se disuelve después de cada reencarnación. Es la conducta temporal del ser humano, el yo. Existe desde que el ser nace hasta que muere, es el resultado de las creencias acumuladas por las experiencias de la vida que se archivan en la mente. Es lo que define el comportamiento de las personas, sus emociones y sus sufrimientos.
La evolución del espíritu
Creían que el ego estaba más arriba que la tercera dimensión, en la que se encuentra el cuerpo físico del hombre. Para los mayas, la materia se organiza, se teje en el tiempo gracias a la información divina, para contener en su interior al hombre, cuyo propósito es servir de vehículo de evolución para el espíritu. El cual es la conciencia permanente de todo ser humano, es lo que evoluciona a la perfección.
Esta parte del ser es la que posibilita el cambio en las civilizaciones, de las estructuras sociales, de los cambios de comportamiento y, así, evoluciona la mente.
Los mayas sabían que el universo existe gracias a la polaridad, dos fases contrarias: una positiva y la otra negativa, que conforman la eterna dualidad. Esta polaridad se manifiesta en el día y la noche. Encontraron que estas dos fases no eran absolutas, sino que se transforman la una a la otra. Ondulan, afectando a toda la naturaleza y todos los acontecimientos. El hombre sería el resultado de esta eterna dualidad.
Para los mayas, el secreto en el manejo del tiempo está en la sincronía con el presente, el pasado no existe y no tiene sentido preocuparse por el futuro. Para ser felices, hay que localizarse en el presente, sin embargo, profetizaron que la mayoría del tiempo, el hombre no estaría sincronizado con el presente, sino preocupados por el futuro o añorando y evocando el pasado: tiempos que, en realidad, no existen.
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Yo soy... la expresión divina exactamente como yo soy, justamente aquí, justamente ahora.
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Nada, absolutamente nada, necesita ser agregado ni quitado.
Nada es más válido ni sagrado que nada.
No se necesita cumplir ninguna condición.
Lo infinito no está en alguna otra parte esperando que nosotros devengamos dignos de ello.
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